lunes, 14 de septiembre de 2015

Del sueño a la pesadilla. Los impuestos en México.



Todos en algún momento de nuestra vida, tenemos las ganas de abrir nuestro propio negocio, de independizarnos y ser nuestro propio patrón, sabes que probablemente vas a dormir menos, que tendrás más preocupaciones y que de realizarse, las vacaciones serán cada vez mas espaciadas; sin embargo, la idea nos seduce, nos alimenta y nos ilusiona.

Finalmente, después de muchos desvelos para encontrar el negocio ideal, de ahorrar o hasta de pedir prestado con el compadre o con la suegra finalmente vemos cristalizado nuestro sueño; no obstante, tarde o temprano alguien te pregunta si ya te diste de alta con “Lolita” y tu primer pensamiento es “quien fregados es esa señora “.

A la segunda o tercera semana de abrir tu negocio, un prospecto de cliente entra a tu local o te llama por teléfono con interés por contratar tus servicios o comprarte algo, y te cuestiona sobre si expides CFDI —comprobantes fiscales digitales — y tú no tienes ni jota idea de lo que es un CFDI.

La venta no sé realizó, el prospecto de cliente necesitaba que le expidieras una factura electrónica y tu ni registrado estas en “hacienda”, y es aquí cuando entras ante tu primera disyuntiva ser un contribuyente formal o vivir en la informalidad y con la expectativa de que quizá muchos clientes se te escapen por esa situación.

Después de mucho pensar, decides darte de alta y acudes ante un módulo del Servicio de Administración Tributaria (SAT), ahí te leen la cartilla y te explican que si quieres ser un comerciante, prestador de servicios o micro-empresario formal, tienes que tener una firma electrónica y que además, dependiendo del tipo de contribuyente, tendrás la obligación de llevar tu contabilidad de forma electrónica (obligatorio a partir del 1 de enero de 2016) y contar con un buzón tributario, en el cual el SAT te estará notificando sus resoluciones y/o requerimientos.

Asimismo, un funcionario (a), con una sonrisa en el rostro te informa que de no abrir tu buzón, la notificación electrónica se tendrá por hecha al sexto día, contado a partir del día siguiente a aquél en que le fue enviado el referido aviso por lo que si nunca lo abres puedes hacerte acreedor a una multa y tu ni enterado.

Es aquí donde probablemente ya te arrepentiste de ser un ciudadano cumplido y pagar tus impuestos con “Lolita” y te ves obligado a contratar los servicios de un contador, el cual te habla en mandarín y te dice que si estas en el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) tendrás presentar tus declaraciones de forma bimestral a través de la herramienta “Mis Cuentas”.

Que si eres una persona físicas o moral que realizas actividades o actos gravados con el IVA tienes que presentar la DIOT (¿La que?). Para este momento, piensas que tu contador te está viendo la cara y decides investigar por tu cuenta.

Acudes a la librería de los búhos y te das cuenta que los prontuarios fiscales están carísimos, te decides por la versión estudiantil (la más barata) y la empiezas a hojear y es aquí cuando el sueño se convierte en pesadilla, las leyes fiscales están hechas para que nadie las entienda y menos tu que tu único sueño fue ser tu propio patrón.

Pero la pesadilla no acaba, a tu negocio le empieza a ir bien y tienes la necesidad de contratar personas que te apoyen y tu contador te dice que hay que darlas de “alta” ante el IMSS y el INFONAVIT,  sin olvidar los impuestos locales que tendrás que pagar (impuesto sobre nominas).

Esa es la razón por la que mucha gente prefiere vivir en la informalidad, las leyes fiscales en nuestro país son muy complicadas, las autoridades fiscales afirman que pagar impuestos es fácil y sencillo, sin embargo, para el ciudadano de a pie la realidad es otra, corres el riesgo de que un día te toquen a la puerta y sea un funcionario del SAT, del IMSS o del INFONAVIT reclamándote el pago de tus impuestos, pero muchas veces parece que es la única oportunidad que tienes para que tu sueño no se convierta en una pesadilla.

No obstante, este blog tiene la finalidad de ayudar a esas personas (pequeños y medianos contribuyentes físicas o morales), que prefieren vivir en la formalidad o que estando en la informalidad han decidió regularizar su situación.


¿Tienes alguna duda? ¿Necesitas orientación en un trámite? ¿No sabes si tu contador te está viendo la cara? ¿Te llego una multa y no sabes qué hacer? Acércate, la idea es generar un foro abierto en el que se puedan aclarar tus dudas y en el que se pueda compartir nuestras experiencias.

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